Esto no es nada nuevo en mí. Con las palabras hay cierta tolerancia por ambas partes. Hemos llegado a un acuerdo y de momento me funciona. En cambio, con los números siempre he dicho que nunca me he llevado bien con ellos. En pocas palabras, no los soporto. Todo lo que es cerrado, un único resultado me produce salpullidos. No sé, rarezas de una misma. Claro que como todo amanecer que se vuelve atardecer con las agujas del reloj, una se ha dado cuenta – tarde- que quizá no es que no los soporte sin más, sino que no les he dado la oportunidad de no soportarlos. Sí, eso es.
Una tarde, de esas tontas, de aburrimiento total, los cogí por banda. ¡¡¡Vaya que si los cogí!!! Más bien no los he soltado… Por primera vez, me pasé horas con ellos. Y lo peor de todo es que me gustó. No sé, rarezas de una misma. A todas horas estoy dándole a los números. Incluso me he comprado pasatiempos y los llevo en el bolso como la mejor de mis reliquias. Se han convertido en una obsesión, un reto contínuo. Sí, lo reconozco. Soy adicta al sudoku ¿Y?
No quiero verme así…
Hasta escucho a Lenny Kravitz, algo inusual en mí. Incluso mi hermana me pasa canciones de Craig David que las considero hasta buenas, muy buenas. Y lo peor de todo es que me paso horas escuchando. ¡¡¡Cómo me gusta esta canción!!! Sobre todo, cuando repite cuatro veces...El resto, me incita a moverme... ¡Esta vez sin tirones!
Por cierto, le quedan muy bien las gafas.
Dicen que últimamente mis gustos están cambiando.
No sé. Puede que tengan razón.
Yo me sigo reconociendo.
Aileon
