martes, 30 de septiembre de 2008

domingo, 28 de septiembre de 2008

En imágenes...

Escucha el silencio que, a veces, suele DECIR mucho más que las palabras.
Tu mirada también...

Un pequeño rayo de luz que ILUMINA mi vida cuando mis ojos sólo ven oscuridad.
Tu mirada también...


¿Qué decir de esta imagen?
Simplemente porque me la MEREZCO.
Tu mirada...


*Fotos de Aileon de este fin de semana en Salou.
Regalaban una rosa ,y he decidido conservarla hasta que se marchite. Mis dedos sujetan mucho más que una rosa con espinas...
N.M.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Respirándote...


¡¡¡Salou es mío!!!

Dijo una concursante, que a punto estuvo de morir chafada por una vaca entre alpacas de paja y estiércol. Aunque, pensándolo bien, creo que poco le faltó a la vaca para que le diera un infarto con las voces y chillidos que daba la joven moza. ¿Os acordáis? Menudo personaje…La vaca, digo!!!

Pues bien, mañana dormiré en la tierra de esta chica. Sí, este fin de semana pasearé –si el tiempo nos lo permite- por la playa de Salou. No es la primera vez que vamos, ni la última. Nos gusta, y lo necesitamos, aunque nos enredemos entre las sábanas o las sábanas nos enreden a nosotros.
Me apetece desconectar y disfrutar de ciertas cosas que no suelo disfrutarlas tal y como se merecen. El hotel es el espacio perfecto. La cala el horizonte sin límite. Y yo, quién sabe…
Buen fin de semana a todos.
Cuídense,


*La foto es de Salou

Aileon

miércoles, 24 de septiembre de 2008

¿Me estás llamando 'pastelera'?

La lluvia no deja de empapar los cristales que me rodean.
Y mis sentimientos, como un tiovivo, suben y bajan.
Estoy sensiblera. No puedo remediarlo.

Puede que sea un ‘pastelón’ de película. Pésima. Aburrida. Que canse. Que sólo sirva para verla una sola vez. Puede…
Pero, a mí, me encanta. Y en días de lluvia la recuerdo con facilidad.
El por qué me lo reservo.
Repito: estoy muy sensiblera.





Él me encanta. Como pareja, me gustan. Se nota que el verdadero amor los abraza y saben transmitirlo.
Lástima que rompieran su relación.

La lluvia no deja de empapar los cristales…


Aileon

lunes, 22 de septiembre de 2008

Un trocito de cielo...


Después de pegarme el madrugón del siglo -creí que a esa hora no había vida humana por las calles -, cerrar los ojos durante una hora en el tren, impregnarme de ese olor tan agradable en los túneles del metro para luego congelarte en él, convertirme en una jovencita con carpeta, sudar la gota gorda mientras subo no sé cuantas escaleras, con un dolor de retraso de la amiga del mes, por fin veo mi destino. Creo que me he merecido algo de cielo…

Sigo caminando. Las gotas de lluvia me dan la bienvenida. Son las 8 de la mañana. Pregunto y la respuesta me deja sin aliento. No puede ser. ¿Es que la gente no duerme? o ¿es que se han quedado a dormir ahí? Más tarde, entiendo la respuesta.
Apunto mi nombre en una lista y soy el número 109. Mal rollo me dice un chico. Yo no sonrío. Me pongo a la cola. Me siento enana entre dos chicos de 1,90. Tengo sensación de asfixia. Las nubes amenazan lluvia, pero se queda en eso. Son las 9 y sigo en el mismo sitio. Y la cola que no se mueve. Entablo conversación –muy agradable- con el chico de atrás. Hasta que viene un amigo. Dos químicos sin plaza. Dicen que siempre les quedará las matemáticas. Puede. El chico de delante, aburrido, resopla continuamente. Lee un libro- por cierto, me gusta su forma de vestir- y hablamos de la vida -me gusta su filosofía de vida-. Pero sigue resoplando. Yo ahora también.
Son las 11, y sólo hemos avanzado un paso. Me duelen los riñones y tengo muchas náuseas. Tienes mala cara, me dicen. ¿En serio? contesto. Me siento cansada, y miro al cielo. Vuelven las primeras gotas. Y la gente se rebela. Y yo estoy echa una ‘mierda’. Estoy desanimada. Y pienso que otro año más que sólo se queda en una cola. Una chica me pide fuego. No fumo, le digo. Me mira mal. Una amargada de la vida, pienso. Son las 11:20 y veo a lo lejos que la gente empieza a caminar. Sí, avanzamos lentamente, pero avanzamos. Subimos los peldaños de las escaleras. Fuera llueve con fuerza. Menos mal, pienso. De esa me he librado. Seguimos subiendo. Una argentina me pregunta. Puede que la vea en un futuro. Ella sí sabe. Son las 12, y ya veo la puerta del ¿cielo? No lo sé, pero veo la puerta. Suena Paquito el Chocolatero. Joder ¿quién tiene puesta esa música en el móvil? Ni me inmuto para comprobarlo. Son las 12:20 y estoy a dos pasos. No sonrío. Estoy cansada. Me encuentro mal y, por primera vez en mucho tiempo, siento un sueño horrible.
Por fin entro. Ya es cuestión de segundos. Buenos días, me dice una mujer. Para ella, pienso. Muestro la documentación necesaria y me sonríe. Entiendo su sonrisa, y le doy las gracias. Son las 12:45, y los papeles están grapados detrás de su mostrador. Me felicita el chico de delante y de detrás. No puedo hacer lo mismo. Me hubiera gustado. Uno sí, el otro no. Me despido con un ‘gracias por la conversación’. De nada, suerte. Salgo de allí y veo la cola ¿100 aún por pasar por ahí? Pues seguro. Bajo las escaleras, sin mirar caras. Sólo oigo soplidos. Se palpa la decepción, el aburrimiento, el cansancio, y las ganas de salir de allí. Voy a la aula de informática e imprimo. Se acabó el papeleo y...

Salgo a la 1 de allí, y llueve. Mucho. Saco el paraguas, pero es absurdo. El agua convierte mis tejanos en dos colores. Quedo con una amiga para comer. Hablamos. Me tomo mi tercera pastilla del día. Me siento algo mejor. Nos mojamos. Mucho más. Siento mis calcetines de rayas empapados. Me despido de ella. Ella va por la costa, yo por el interior. En el tren, empiezo a leer. Me está decepcionando el final. Aunque también pienso que leo por leer. Pero sigo leyendo. Parece que la tercera pastilla me está haciendo efecto, y me encuentro mucho mejor.
Salgo de la estación y llamo a mis padres. Habitación 212. En media hora me presento en la clínica, mojada e impresentable. Estoy con mi abuela. Le doy la merienda, hasta que viene mi madre. Ella directamente me echa de allí y me dice que vaya para casa a descansar. No protesto. Miro mis pies, y pienso que tiene razón.
He llegado hace poco. No reconocía mis pies, fríos y arrugados. Pero están vivos. Yo no lo sé. Ahora estoy mejor, y escribiendo esta entrada.
Mañana todo volverá a la normalidad. Pero hoy he dejado- al fin- de ser un número de una cola.

Conclusión:
No creo que sólo me merezca un trocito de cielo.
Me merezco el cielo entero.
Lo siento, hoy el cielo es mío... Me lo he ganado.

Aileon

domingo, 21 de septiembre de 2008

¡¡¡Esto no es serio!!!


Hoy (digo ayer) me he dado cuenta de tres cosas:

- Que por mucho que pase el tiempo, nosotras siempre estaremos ahí.
- Que los bocadillos de nocilla nunca pasan de moda, tengas una década, tres o cien.
- Que si algún día tengo un hijo no juntaré más de 10 personas para celebrar su cumpleaños.


La primera reconforta. La segunda engorda. Y la tercera…me la reservo.

Vale, lo reconozco. La última opinión viene dada porque hace poco que he llegado de la fiesta de cumpleaños de la hija de una amiga que cumplía un añito. Es lo que tiene el paso del tiempo y el no utilizar medios, que acabamos reuniéndonos los sábados para celebrar los cumpleaños de los más peques en lugar de los nuestros.

Y hoy ha sido un día de éstos.
Realmente hacía muchísimo tiempo que no nos juntábamos todas juntas y, como siempre, ha merecido la pena esa espera. Pero, para que engañarnos, hoy ha sido una tarde un tanto estresante, aunque nos hemos reído muchísimo. Entre tanto adulto (¿?) y tanto niño - en total, más de 30 personas- ha empezado la fiesta…

Y la gente que miraba la comida y sin comer. Y nosotras con un hambre de mil demonios. Y los bocadillos que van y vienen. Y las aceitunas que han acabado en el estómago de una. Y el ruido –a veces insoportable- de los niños que apenas comen. Y los globos que van perdiendo aire o explotan. Y la niña del cochecito que pasea sin ni siquiera ver el peligro. Y la embarazada con dolor de cabeza. Y mi sobrino que un poco más y atropella con un tractor de esos -que tienen vida propia- a un niño allí presente. Y las risas con sólo mirarnos. Y la tarta que no llega. Y las horas que pasan. Y los regalos que acabamos abriendo nosotras. Y los niños, agotados y con sueño, que buscan los brazos de sus padres. Y los padres que buscan…Ayy, perdón! Me lié. Los padres no sé que buscan. Sigo….
Y el silencio que, de repente, se presenta ante nosotros. Y las palabras de despedida. Y el esfuerzo que hacemos para mantener el equilibrio en esa bajada. Y la noche, en medio de la montaña, que nos mira incrédula.
Y el recuerdo de una noche más...juntas.


Aileon

Nota:
Con su permiso, he puesto una foto de mi amiga Helen.
Ella, mano a mano, entre tomates y tirando los ‘pipos’ a la otra parcela, se ha comido todas las aceitunas - creo que algo picantes- que quedaban en el plato y,precisamente, no eran pocas...

sábado, 20 de septiembre de 2008

Lenitivo...

Nunca podría estar ahí, aunque...
En momentos de desesperación, cansancio, sufrimiento, lágrimas, dolor y silencio, es curioso como una fobia se convierte en el único alivio que tu corazón necesita…

Hoy ha sido un día duro y agotador. Estoy sin estar. Soy pero no me reconozco. Voy y vengo, pero anhelo quedarme.


¿Hasta cuándo?


Aileon



-Nota-
He estado pensando...

Como mis últimas entradas han estado relacionadas con el sufrimiento de mi abuela o con los momentos duros y difíciles que estamos –estoy- pasando, he estado pensando y no volveré a mencionar nada que tenga que ver con el tema.

No pretendo hacer de mi blog un paño de lágrimas -no va conmigo-, sino más bien todo lo contrario. Esto no es lo que quiero, aunque sé que es como un confidente que me escucha sin pedir nada a cambio. Pero no sé si me ayuda por otros motivos.

Reconozco que estoy ausente -y eso yo sé lo que significa-, pero no debe pasar de ahí: eso quedará para mí. Cerraré con llave mis sentimientos.
Soy así. Reservada o no, no quiero preocupar a nadie, porque mi lema es 'si puedes sufrir tú, ¿por qué hacer sufrir a los demás?'.

Cierro aquí este capítulo, y este mal trago que nos está haciendo beber la vida.

Noelia

jueves, 18 de septiembre de 2008

En el insomnio...



El hombre se acuesta temprano. No puede conciliar el sueño. Da vueltas, como es lógico, en la cama. Se enreda entre las sábanas. Enciende un cigarrillo. Lee un poco. Vuelve a apagar la luz. Pero no puede dormir. A las tres de la madrugada se levanta. Despierta al amigo de al lado y le confía que no puede dormir. Le pide consejo. El amigo le aconseja que haga un pequeño paseo a fin de cansarse un poco. Que en seguida tome una taza de tilo y que apague la luz. Hace todo esto pero no logra dormir. Se vuelve a levantar. Esta vez acude al médico. Como siempre sucede, el médico habla mucho pero el hombre no se duerme. A las seis de la mañana carga un revolver y se levanta la tapa de los sesos. El hombre está muerto pero no ha podido quedarse dormido. El insomnio es una cosa muy persistente.

Virgilio Piñera, (micro-cuento)
Poeta, narrador y dramaturgo cubano.

martes, 16 de septiembre de 2008

El sofá y yo...


Si en un futuro no muy lejano mi pareja me dijera “hoy duermes en el sofá”, no me supondría un cabreo monumental o le dejaría de hablar durante una semana, nooo!
Estaría encantada….
Sí, lo reconozco, me gusta. Sobre todo a oscuras con el único reflejo de la televisión, y tapada con una mantita que no abriga mucho, bueno más bien nada, pero que sin ella no sería lo mismo.
Pues bien, llevo días, bueno semanas -para ser sincera- durmiendo en él. En la cama me pongo nerviosa y sólo hago que dar vueltas y vueltas, y pensar en lo que estamos viviendo.
Lo único que consigo es enredarme con las sábanas y cabrearme aún más.
Así que he vuelto al sofá, como hace unos años. Me tumbo con el mando de la tele y ahí me quedo…Suelo empezar a ver alguna película, pero rara vez veo el final. Duermo dos horas y me despierto. Veo esos programas de llamar, bueno de poner algo facilísimo, mientras hacen ver que nadie llama y acabas llamando como un gilipolla, pues eso. Luego me vuelvo a dormir de nuevo, y así hasta que me suena el despertador.
Pero ayer, por la noche, fue diferente. Vi todo tipo de programas, y cuando digo a todo tipo me refiero realmente a todo 'tipo'. Es decir, toda la noche con la tele encendida. Hasta la Hilton me pareció una chica sencilla (¿?).
Resumiendo en pocas palabras: no he dormido nada. Mi mente estaba muy activa, pensando en más de lo mismo y con un dolor rabioso. Sí, para rematar me ha salido un orzuelovéase como tengo el ojo en la foto- y lo he pasado y estoy pasando francamente mal. Parezco un ogro sin cuento, porque un ojo lo tengo bien y el otro pues…bueno a la vista está. Eso ni es ojo ni es ''.
Juzguen ustedes mismos.
Aún así, eso no me preocupa. No es la primera vez, y no será la última. Sólo que cada vez que sale pues jode, eso es todo. Me preocupa el que le ‘haya cogido’ manía a mi lecho, y el que siga culturizándome con programas nocturnos. Pero tiene remedio...
Los pensamientos no.
Sigo sufriendo con y por mi abuela.
Cuídense mucho, una servidora se va a dormir al sofá. El ojo parece ser -pobre de él que no vaya- que también.
Nota:
Para todos aquellos que me dan consejos...Nooo, no pienso pasarme una llave antigua por el ojo.
Me fío - aún - de mi farmacéutico.
Aileon

domingo, 14 de septiembre de 2008

Sin alma...




Te busco y no puedo encontrarte.
Siento tu sonido pero no soy yo.
No me dejes sola...
Sin alma...
Aileon

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Ella...



Voy a ponerme un poco seria, porque el tema lo requiere, y porque quiero tratarlo con el mayor de los respetos, sobre todo por mi familia y por ella. Porque lo necesitamos, porque estamos haciendo todo lo posible y lo imposible, porque físicamente y mentalmente estamos desesperados – agotados también pero eso es lo que menos importa ahora- sin poder evitar el sufrimiento, la angustia, las lágrimas, la desesperación y el dolor de ella.

Los que me seguís hace tiempo, sabéis que me gusta utilizar el humor y la ironía (tal y como se demuestra en entradas anteriores) porque considero que la vida, a veces – y recalco a veces- hay que tratarla con humor y no tomarse demasiado en serio todo lo que nos rodea porque, al fin y al cabo, no saldremos vivos de ella.

Pero esta vez, el humor lo mantengo en silencio. Y el silencio nos mantiene a nosotros.
Estamos unidos- mas si cabe- por ella.
Y sufrimos –sufro-a su lado y por ella.

Ella...

Realmente no sé como lo estoy llevando. Pero sí sé como me está afectando. Y pienso. No paro de pensar. En esa casa –que fue la mía de niña-. En los recuerdos. En mi infancia. En todo lo que permanecerá -hoy, mañana y siempre-en mi mente…Y en ella, pienso en ella.

Todo está en ella.

Si mi corazón se rompe en mil pedazos, ¿qué importa eso?
No importa una mierda.



Una luz de mi vida se está apagando lentamente...

Aileon

lunes, 8 de septiembre de 2008

El de los ojos...




¡Dios, menuda noche de calor, sofocos, y de gentío me esperaba! Y como una es bajita, se me hacía insoportable el dar continuamente saltitos para intentar ver algo, que no fueran espaldas y cabezas!
¡¡¡Quién fuera niña para subirme en los hombros de alguien!!!
Para colmo, el de los ojos que tenían vida propia, observaba el panorama aislado del resto. Todo él me ponía –y me pone- nerviosa, pero en el fondo, no me gustaba verlo aislado y sin conocer a nadie. Además, era la primera vez que vivía la fiesta mayor, y estaba más perdido que una aguja en un pajar.
Así que me acerqué, aún no conociéndolo demasiado, pero lo justo para esperarme cualquier tipo de conversación. Me conmovió el hecho de estar distante, solo y como ausente, y me arriesgué mientras su novia...Bueno, realmente no sabía donde estaba su novia, es decir, mi prima.


- ¿Qué tal? ¿Te gusta?
- Sí, hay mucha gente.
- Vaya, y encima hace un calor horrible, y la gente no para de empujar.
- Eso es porque lo quieren ver, ¿qué has estado de vacaciones?
- Sí, una semana en Mallorca.
- ¿Así? Pues no se te nota morena (¿Cómo qué no? ¿Tú me has mirado bien?) bueno algo si se nota pero como es de noche… (ya empezamos)
- Bueno, algo sí estoy. Me he protegido mucho la piel, y ya sabes que si proteges, apenas bronceas.
- Ya, es lógico por las pecas (y el tío mirando embobado mis hombros y siguiendo con sus ojos de velocidad brazos y rostro)
- Sí, en verano quieren protagonismo, y las muy jodidas lo consiguen.
- Pero ¿has ido a la playa con las pecas? (¿¿¿¿¿What?????)
- No, me las he dejado en el hotel.
- Ya ( ni una media sonrisa en sus labios)
- Era broma (qué tío más soso)
- Es que me extrañaba que fueras a la playa por las pecas, porque tienes que tener cuidado que luego se convierten en manchas (A ver una cosita que se me escapa ¿qué pasa que el Lorenzo sólo está en la playa? y otra cosita ¡¡¡joder ni que estuviera prohibido!!! Que yo sepa no hay un cartel que ponga “prohibida la entrada a las pecas, ay quería decir, las chicas con pecas”)
- Bueno de todas formas no he ido a la playa. Yo soy de piscina.
- Y ¿eres de las que se ponen gafas de bucear?
- No, no…yo soy de las que cuando salen del agua tienen los ojos rojos por el cloro.
- Uyy, pues deberías proteger los ojos, porque es muy malo el cloro (seguía mirándome los hombros)
- Sí, debería. Pero una nunca escarmienta.
- Sí, ¿sabes? ya mismo me dan el piso y ahora ella tiene un dilema (¿Sólo uno? toda ella es un dilema, pensé)
- (¿Qué hace? cuando hay un cambio radical en la conversación me preocupa, porque es como iniciar algo que realmente me importa un carajo…) ¿Dilema? ¿Te refieres a la hipoteca?
- No, no…Porque no sabe si poner parqué o no.


A ver, a ver…analicemos la situación porque esto requiere un kit kat o dos.
Estoy de fiesta mayor, entre el bullicio de la gente, con un calor horrible, y va y me cuenta que tiene un dilema porque no sabe si poner parqué???


- ¿Tú que harías? Es que ella no se decide…
- ¿A casarse?
- No, al parqué.
- Ahh, pues no lo sé. No pienso en eso, la verdad.
- Es muy sucio ¿verdad?
- (¿Qué pasa que tengo cara de ser una experta en parqués? Jodó, no puedo ir a la playa por las pecas y ahora tengo cara de entender sobre el maldito parqué) Pues hombre…
- Sí, ya le digo yo que es muy sucio. Y ¿tú? ¿No quieres tener hijos? (madre mía, que estrés de conversación)
- Pues sí, claro. Ahora no es el momento, pero algún día…
- Y ¿no quieres casarte?
- De momento no me lo ha pedido…
- Uyy, eres una chica muy clásica (ni de coña jeje)
- Sí, sí…hasta que no me case nada de nada ( un poco de salsa a la conversación no viene mal ¿no?)
- Haces bien, si te quiere sabrá esperar. ¿Lleváis mucho?
- Digamos que está esperando demasiado (¡Qué bueno! Por primera vez los ojos se quedaron quietos, como sin vida, cosa que ya es difícil…)
- ¿Me estás diciendo que.?
- Uyy mira, que apagan las luces de la plaza. Ya viene…
- Pero…
- Disfruta de lo que vas a ver ahora...


Y me fui al lado del nene, mientras el de los ojos seguía mirándome las pecas. Creo que eso le sorprendió mucho más que lo que vería en la plaza segundos más tarde.


Nota 1: A veces hay que seguir el rollo, sólo a veces.
Nota 2: Estoy orgullosa de mis pecas.
Nota 3: El parqué no me interesa lo más mínimo.


Aileon

viernes, 5 de septiembre de 2008

jueves, 4 de septiembre de 2008

Malditas cuatro paredes...


¿Dónde está mi inspiración? La busco y no la encuentro. Temo que se haya quedado en aquellas cuatro paredes; paredes que me acercaron a la realidad sin vendas.
Intento concentrarme y reflejar lo que realmente pienso, pero no escribo nada. Me mantengo en silencio y sin palabras como un folio en blanco, inútil e inservible.
Lo único que transcurre es el tiempo, y ese no se detiene. Ni siquiera puedo detener las agujas del reloj, que retumban en mis oídos una y otra vez, a un ritmo constante que me recuerda que estoy sin estar. Y mi inspiración que no aparece…

Tengo tanto que gritar, tengo tanto que olvidar, tengo tanto que pensar, que me perturba el silencio del miedo en mi interior.

¿Qué me está pasando? ¿Será que el veneno inyectado en mi interior anula mi mente por completo?
No, mi inspiración no viene dada por efectos externos, sino por pensamientos internos. ¿Serán incompatibles mis pensamientos y mi inspiración? Eso sería el fin de muchas cosas. Y no estoy segura; ya no estoy segura de nada.

Tarde o temprano, mi inspiración aparecerá. Quiero creer en eso, debo creer en mis palabras. No la buscaré, ni forzaré que aparezca, simplemente dejaré que ella me necesite a mí. Esperaré hasta que las agujas del reloj detengan el tiempo de aquellas malditas cuatro paredes.

Y aparecerá. Tiene que aparecer. Debe aparecer. Y entonces volveré a ser yo.

Tómate tu tiempo y respira el aire que necesites, pero no busques en otras lo que no has encontrado conmigo.
No quiero odiarte...quiero tenerte.
¿Dónde estás inspiración?

Aileon

martes, 2 de septiembre de 2008

Me gusta cómo ardes...

Dicen que para vivir la fiesta mayor, hay que sufrirla...
Pues yo hoy la he sufrido como el que más.
Con sus típicos y ansiados empujones, el agobio de estar rodeada de gente que te soba sin parar y encima parece que te guste, el que te roce gente perfumada con olor a güisqui, el saludar falsamente a gente que te importa más bien poco o nada, el reencuentro de gente olvidada y recordada día sí y día también, las miradas que se pierden en la oscuridad de la noche, el recordar tiempos pasados, el que aparezcan las tan odiadas gotas de sudor que acaban desapareciendo en las yemas de los dedos, el dolor de pies que te entra de repente, los pisotones que padece el dedo más débil, las caricias bruscas en la espalda para dejar pasar, el soportar a las niñatas que jugan a hacer el tonto y encima lo consiguen,el escuchar continuamente a una señora decir que era lo mejor que había visto en su vida - eso quiere decir que entonces ha visto poco-, la espera de más de dos horas sin hablar por hallarme sola ante el peligro, el tener un dolor de cabeza horrible que aún arrastro y que creo que dormirá conmigo y mañana me pedirá el desayuno, el tener un hambre de mil demonios mientras me invade el olor a pizza a mi alrededor, el observar parejas que se han formado y otras que se han disuelto, el pedirme fuego tres veces en dos minutos, el pensar qué hacía una chica como yo en un lugar como ese...
Sin olvidarme de las chispas que, por acercarme demasiado y querer captar las mejores imágenes, han besado mi cuerpo que, por cierto, no han sido pocas.
Arde Vilafranca, arde como tú sabes arder...











Y después de esto,
¿Merece la pena sufrir?
Fiesta Mayor'08
Vilafranca del penedès
Aileon