Por fin...
Mañana no tengo que madrugar, qué alegría. ..porque esta semana entre pitos y flautas, finales que enganchan, pensamientos que sólo aparecen de noche, y la dichosa calor que es inaguantable, he dormido diariamente unas cuatro horas.
De ahí que en el entierro de esta tarde me costaba mantener los ojos abiertos. Cuando me ha mirado no he podido contener las lágrimas. El resto, me ha servido para darme cuenta que las estupideces son eso estupideces y que lo verdaderamente importante es estar ahí, aunque sea en la última fila.
Aileon