Sombras que pesan...

“Transcurría al amanecer y en una de esas carreteras de montaña, donde lo único que hay es una gran arbolada alrededor y nada más. Una cadena de árboles que rodean a una carretera secundaria y sin un alma humana. Sólo la mía.

Sin raya blanca, camino por el medio de la carretera, sin levantar la mirada del asfalto observando mis pasos, lentos, cansados, sin una única dirección. Noto la presencia de los pequeños rayos de sol en mi frente, en mi pecho, en todo mi cuerpo…
Los ignoro. Los pequeños rayos de sol nunca están cuando los necesitas y ahora están ahí guiándome, hacia la luz, sin pensar en ellos.

Tengo miedo. Estoy asustada. Sin respiración. Y sin más presencia que la mía.

Intento llorar y sentir desesperación, pero hasta mis lágrimas tienen miedo. No nacen, ni mueren. No quieren existir. Y las maldigo…

Avanzo lentamente dejando un rastro de mis huellas manchadas por el barro de mis botas. Me detengo. ¿Qué puedo hacer? El verde, que me rodea inquieto, me observa detenidamente siguiendo cada movimiento de mi cuerpo. Miro hacia arriba y escucho el silencio del viento rozando las ramas que me observan desde la lejanía. Me ven pequeña; yo también.

No puedo más. No veo el final del camino. Y no puedo aguantar más el peso de las piedras que llevo en la mochila. Mochila que no quiero dejar por el camino, aunque pienso que lo que yo quiero no es la mejor solución. Lo que yo piense es lo menos importante. Siempre ha sido así. No puedo…

Cierro los ojos. Avanzo….sigo avanzando.

De repente, siento tu sombra pisando mis huellas. Te miro fijamente, no eres más que una sombra. Un espectro sin vida. Pienso en hacerte ganar. Sólo lo pienso…
A dos milímetros de mí, me acaricias presionando fuertemente la mochila, mi mochila…
Lucho, sin fuerzas, con todo el dolor de mi corazón. No puedo más…. Echo a correr.
Corro sin dejar huella, corro con la mochilla de piedras, corro con los rayos de sol guiándome, corro sin salida ni entrada. Corro para no notar tu presencia. Corro porque no quiero detenerme en el tiempo. Corro...

Sin mirar atrás, mientras aparto el movimiento de mi pelo dolido de mi cara; mientras sujeto fuertemente la mochila, mientras pienso en mi dolor,...Corro y sigo corriendo, hasta que llego a un precipio sin fondo.

Sin aliento, sin respiración, y con los latidos del corazón en la mano…miro hacia atrás. Abro los ojos, y nada ven...

Ni rayos de sol, ni ramas, ni árboles, ni viento, ni sombras, ni piedras que pesan, ni carretera, ni huellas,... Ni mi alma.

Dejo que las lágrimas hablen por mí.”


Dicen que todos los sueños tienen una interpretación, y como diría una amiga, éste tiene una interpretación clarísima. Estoy totalmente de acuerdo...


Dicen que los sueños, sueños son….
No comparto esta frase. Hay mucho más...


Diciembre 07
Aileon