¿Cómo?

Después de pensar durante dos segundos- el tiempo que requería el tema- he llegado a la conclusión que la gente miente más que habla. Y en red, más.

Aunque pensándolo bien, a lo mejor tendría que sentirme privilegiada por toparme con un ser fuera de lo común, único en su especie y no de la nuestra, de los mortales, digo.
¡Quién sabe!

Su testimonio me ha dejado helada, sin palabras –cosa rarísima en mí- y pensativa –cosa normal en mí-. Afortunadamente no he tenido la desgracia de conocer a esa persona personalmente. Me daría miedo sin más. No estoy preparada para tanta chulería en forma de sabiduría. Ni tanta estupidez en forma de letras. No sé, a veces creo que la gente se piensa que los demás somos estúpidos o algo así.Se creen tanto su falsa inteligencia que acaban demostrándola.

Una tarde hablando de literatura me lo soltó así, sin paños calientes y sin preguntar: “Yo leo más de 180 libros al año”.

¿Cómo? ¿Sabe tú médico que cambiaste la medicación?

Los números y yo nunca nos hemos llevado bien, y creo que moriré con ello. Es que todo lo que da un único resultado no me gusta, me pone nerviosa. Pero ese día sentí lástima por ellos. Como si se burlaran de ellos.


¿180? ¿Cuántos leería al mes? Y ¿a la semana? Que conste que leer el título y el resumen de la tapa no cuenta, le dije.

Sí, sí,…leo muchos libros, recalcó.


Entonces pensé, esta mujer ni duerme ni come, sólo vive por y para el maravilloso mundo de la literatura. Eso pensé.

¡Ja¡ ¡Ja¡ ¡Ja¡

Luego me enteré que iba de intelectual. Sólo eso.
Dejé de interaccionar con ella.

Los lectores empedernidos no están hechos para mí, y los fantasmas sin cadenas menos. No se los oye llegar, pero ahí están tocando 'la moral', por no decir algo más vulgar.
Sólo hay qué saber diferenciarlos y pasar de ellos.
Nunca se sabe...

Minutos más tarde salí a tomar un café.


Aileon