Llevo días meditando qué hacer. Soy de las que piensa que las cosas hay que guardarlas, conservarlas, observarlas con detenimiento y valorarlas tal y como se merecen, con el paso del tiempo o sin él. Todo tiene una explicación lógica. Simplemente es por si algún día mi memoria me ignora o por si mis recuerdos me abandonan, cansados de mí.
Una teoría razonable. De ahí que desde hace días le esté dando más importancia de la que quizá tiene, porque no sé si realmente se merecen valorarlas o recordarlas. No quiero arrepentirme. Siempre se dice que nadie se arrepiente de lo que hace, sino de lo que no hace. No estoy del todo de acuerdo. Está claro que si sé hace es porque en ese momento lo siente así, pero en mi caso, si me arrepiento de muchas cosas aunque me cueste lágrimas escribirlo. Puede que esté equivocada, puede. Pero aliviar esa sensación ya es un imposible.
Hay cosas que tienen los días contados. Sólo me ha bastado hacer un click y borrarlo para siempre de mi vida. Ojalá mi mente pudiera hacer lo mismo.
Aileon