lunes, 24 de noviembre de 2008

La cara lo dijo todo

A veces las aparencias engañan...

El día que les dije a mi familia que me iba a dedicar a la repostería en mi tiempo de ocio, ese día se quedaron sin habla, bueno mejor dicho sin apetito. Y no entiendo el por qué.

Mira, a muchos les da por jugar a la play, a otras por comprarse un bolso cada semana, y a los más listos por intentar ligar en red con todo aquello que tenga nombre de mujer. Pues a mí, me dio por la repostería.


Sí, sí… me fui a casa de mi abuela en busca de un libro que sabía que había de recetas y que era fácil de entender y de hacer. Sobre todo fácil de entender ya que yo me pierdo con facilidad con los números, y las cantidades. Bueno más que perderme, es que no me encuentro.

Lo cogí, y le eché un vistazo rápido para ver que postre podía hacer aquella tarde de sábado que se preveía aburrida y sin expectativas de salir.


“No te preocupes, mujer. No insistas, Noe. Si eso trae mucha faena. Mejor mira alguna película. O sal a tomar un café. Luego tendrás que limpiar todo lo que ensucias, y es sábado… Si eso vamos a comprar un pastel y te quitas la espinita de hacer postres…”

Joder, ¿Qué pasa? ¿Qué no me véis capaz de hacer algo de repostería y que encima me salga bueno?

Pensé, que mi familia me conocía demasiado, pero quería demostrarles que puedo hacer eso y mucho más. Claro que también pensé, si me sale malo, mi abuelo seguro que se lo comerá. El hombre nunca dice que no, y si viene de su queridísima nieta, con más motivo que se lo comerá encantado.


Pues allá que fui. Me metí en la cocina con un delantal y me preparé todos los ingredientes que necesitaba: que si leche, huevos, pan, limón,…
Con mi música de fondo y las risas de todo aquel que pasaba, pensé
Noelia, te tienen que salir unas torrijas, para chuparse los dedos. Para enamorar a cualquiera…”
Sí, sí…Salir salieron, pero para ¿enamorar? No es necesario contestar.

La cocina acabó echa un asco. Las torrijas eran de todo, menos torrijas. Puse más leche de lo que ponía, porque yo veía poca leche, para mucho pan. Y yo venga a echar leche, y venga leche, y venga más pan...Puse más limón y canela, porque pensé que así tendría más sabor. Total, que no seguí para nada las instrucciones del librito ese de la abuela, y lo hice a mi manera.

Con mi delantal puesto aún, salí con el plato lleno de torrijas con la intención de que alguna víctima pasara la prueba del delito. Mi madre, fue la primera.

- Huelen bien…
- Sí, sí…Pues venga, cómete una.
- No, ahora no tengo hambre.
- Prueba una, que me he pasado tiempo en la cocina…
- Venga va…
- Coge esa que tiene mejor pinta.


La cara lo dijo todo.

Segunda víctima. Mi padre.

- ¿Pero esto qué es?
- Jolín, papa..Pues torrijas, como las que hacía la abuela…
- ¿Estás segura?
- Sí, sí…tienen mi toque personal.
- Y tan personal. Venga va...Bueno, no sé...

La cara lo dijo todo.


- ¿No queréis más?
- No, no…es que ahora no tenemos hambre.

¡¡¡Mentira!!! Si los postres entran a todas horas, que lo sé yo.

Desesperada, esperé la visita de mi abuelo. Pensé, allá que le enchufo todas las torrijas que quedan.

- Avi, mira he hecho torrijas, ¿Quieres?
- Venga, dame una…
- ¿Sólo una? ¿Pero si a ti te gustan mucho?
- Bueno déjalas ahí que me las comeré...


La cara lo dijo todo, pero el hombre, como abuelo que quiere a su nieta, se comió gran parte de las torrijas que había en el plato y sin rechistar.
¡Pobre hombre! A veces pienso, que me quiere demasiado…


Y claro, la cuestión es...
Cualquiera le dice a mi familia que para mi cumpleaños quiero hacer mi propio pastel…
Nota:
Vale, la repostería no es lo mío, pero ¿y el amor que una le pone al hacerlo? A la repostería, me refiero…

Foto: mis torrijas de aquel día.
Aileon

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues si,las apariencias a veces engañan mucho,yo me hubiera comido esas torrijas sin pensarmelo,seguramente nunca te hubiese dicho que no me gustan,al contrario,pero tambien hubiese echo como tus padres,no comer mas,jaja

Te animo a que las vuelvas a probar de hacer y nos invites a todos a probarlas ;)

Cuidate !

Aileon dijo...

David,
Entonces, permíteme que te diga, que no me aprecias lo suficiente, porque sólo comerte una, no sé, no sé...jajajaja

Ya ves, no estaban del todo malas, pero buenas tampoco. Empalagaban muchísimo.
No me incites a hacer postres, que mi familia me abandona seguro ¿Seguro que las quieres probar? Que valor tienes, jaja

La cocina se me da bien, pero la repostería, como lo hago a mi gusto,pues claro....Sale lo que sale.

Cuídate! ;)

Pandora dijo...

Mala pinta no tenían, desde luego. De todas maneras (por experiencia te lo digo) con los postres lo mejor es la práctica, así que tú, no dejes de intentarlo. Ten siempre a mano un bote de nata y otro de chocolate que, a malas, con eso se arregla todo.
Un beso.

Aileon dijo...

Pandora,
Ese es el problema: las pintas!!!! Claro luego al probarlas viene lo peor, jeje
Sí, sí, el chocolate camufla sabores indeseables jeje
Si te fijas le eché muchísimo azúcar! Pero vamos, es que es decir que voy hacer algo de postre y ya tiemblan!!
Gracias por el consejo, alma gemela
Un beso

Carapilla dijo...

jajaja lo que me he reído con esta entrada.
Pues en la foto las torrijsa tienen muy buena pinta, y además si los ingredientes estaban buenos, estoy segura de que el resultado final también, sólo que tu familia ya por el hecho de que no sueles cocinar pues ya pongan pegas.
Yo las hubiese probado que conste!

Como dice David, las próximas mucho mejor!!
Bss

Aileon dijo...

MC,
Ya echaba de menos tenerte por aquí, jeje
Me alegro que te hayas reído con esta entrada. Ya veo que me aprecias mucho, al decirme que las probarías jejeje

Buena pinta tienen, sí. Pero tenían un sabor así...como diferente! ;)

Seguiré mirando recetas, jajaja
Cuídate, besitos

pati dijo...

:D

(La cara/emoticon lo dice todo!)

Me has recordado la primera vez que me atreví con la repostería a las tres de la madrugada con el que era mi novio por aquel entonces... y eran Torrijas!!!! Eso no había quien se lo comiese! Ahí me di cuenta de que "contigo pan y cebolla" era sólo una ñoñería jajajjajaja

Yo siempre digo que el secreto de la cocina (en general) es probar, probar y probar, y tener mucha paciencia.
Después de muchos años, mis torrijas son mejores que las de mi madre ;)

Un besote, preciosa :)

p.S.: Siento no haberte comentado antes, pero últimamente no me siento demasiado bien y prefiero leeros entre bambalinas... a ti, siempre ;)

Aileon dijo...

Pati,
En primer lugar te felicito porque hacer repostería a las tres de la madrugada, por lo menos tiene que estar premiado, jeje
Pues vaya, siento que salieran mal, pero bueno la frase de la cebolla y el pan, siempre sirve de consuelo en esos momentos. Y funciona, realmente funciona.

En realidad, ya no volví hacer más. Pero nunca se sabe, ahora que llega esta época de comer tantos dulces...Ya contaré!!! ;)
Jolín, si ya son buenas las de las madres (y mira que llegan a ser buenas) pues ¡cómo serán las tuyas¡ Por correo no se pueden enviar no??? jajaja

Gracias por tu comentario. Siempre es un placer tenerte aquí, en mi 'vive y deja vivir'...

Y, ahora me pongo más seria, tranquila por no comentarme o comentarme tarde. Eso es lo menos importante.
Lo único que me interesa es que estés bien, eso es lo que realmente me importa y me preocupa.
Así que te mando un fuerte beso,
Cuídate mucho!

Recuerda que siempre estaré en la esquina de esa azotea, para lo que necesites: reír, llorar o simplemente estar en silencio.

Nalia dijo...

jajaja pues a mí me parece que tenían buena pinta!!! quizá es porque mi madre tampoco es muy buena cocinera y las hace con una pinta similar a las de tu imagen...

en fin, que cada uo tenemos un don, y una serie de cosas vetadas jejejeje

un besito!!!

por cierto, me encantan las fotos que pones en tu blog jeje (las de ti misma)

Aileon dijo...

Nalia,
Pues vaya, pero seguro que las de tu madre estarán más buenas, eso seguro jeje, aunque tengan la misma pinta!! ;)

Vaya, está claro que la repostería no es lo mío, aunque claro, poco he hecho, pero vamos, mejor no intentarlo jeje

Cuídate guapa!
Espero que todo bien,
Bs

Julia dijo...

Bufffff, me parece que llego tarde para probar tus torrijas porque, digas lo que digas, la pinta la tienen muy buena y no creo que estuvieran tan terribles como nos las pintas.
De todas formas y, aunque no soy muy golosa (soy más bien de salados, picantes y agrios), no me importaría probar una.
De todas formas, si otra vez te animas a preparar otro postre, pues nada, cuenta con nosotros y ya te daremos recetas fáciles y sabrosas.
Un beso.

Julia.

Aileon dijo...

Tranquila Julia, nunca llegas tarde, eso seguro. Lo que me importa es que llegues bien! ;)

Buena pinta tenían, pero el sabor era muy empalagoso, y bueno mis padres que han comido muchas de las que hacía mi abuela, pues imagina. Eran lo peor jeje

Pero gracias, me aprecias, y lo sé!!

Besitos! La próxima vez es aviso, jaja