¿Rara? Puede ser. ¿Caótica? Algo más. ¿Ordenada? A veces. ¿Exigente? Siempre.
Estoy reordenando todo tipo de papel que habita en mi armario. Y tela lo que hay, lo que encuentro, lo que apenas recuerdo, y lo que me queda por descubrir.
Aquí os muestro la prueba irrefutable de el porqué nadie en la universidad me pedía los apuntes. Joder, si hasta cuando pasaba los apuntes a limpio ¡¡¡no entendía ni mi propia letra!!!! Bueno ni la entiendo en muchas ocasiones, aunque a veces es mejor no entenderla (todo hay que decirlo)
Y es que en la universidad (y lo que no es universidad) estaba muy atenta, me concentraba muchísimo, y copiaba todo lo que se decía en clase e incluso lo que el profesor pensaba. Por las esquinas, abajo, arriba, por detrás, con lápiz, con dibujos, con flechas…Todo lo plasmaba. Y aunque es dedicarle más tiempo o perder parte de ese tiempo, porque luego todo lo paso a limpio, lo sigo haciendo.
Libro que leo, o todo lo que entra por mis ojos, o por mis manos, hago una ficha (soy la chica de las fichas) con autor, argumento, personajes, género, estilo, lenguaje,… En definitiva, anoto todo lo que considero importante o que intuyo que en un futuro me puede llegar a interesar, ya que a veces la memoria me juega malas pasadas. Las letras, no. De momento.
Destripar todo lo que ven mis ojos o perciben es lo que más me gusta. Y cada vez más. Me entra una sola vez, busco y rebusco, comparo, diferencio, exprimo y si extraigo todo su jugo y toda posibilidad habida y por haber, ya me puedo dar por satisfecha. Es como llegar al clímax sin haber tenido sexo.
"Hola Aileon, no permitas que las lágrimas no te dejen ver las estrellas, todo está dentro de nosotros y sé que es muy difícil buscar y encontrar en el interior de cada uno. Pienso que hay que saber darle la vuelta a las cosas, y la vida cuando nos pone dificultades, éstas siempre llevan implícitas lecciones que te ayudarán a "crecer". Debes aprender a controlar tus pensamientos (esa vocecita interna con la cual te hablas a ti misma) el poder de esa vocecita es tremendo, además casi todos la utilizamos siempre para "negativo" (no puedo mas...por que me pasa esto a mí...estoy al límite...quiero desaparecer..) y muy pocas veces la utilizamos en "positivo" (muy bien...yo puedo...todo va a salir bien...que guapa estoy...que día más bonito...) la emoción es posteriore a un pensamiento, si tú piensas negativo sentirás negativo y por ende vivirás negativo. Intenta aunque no es fácil aprender a controlar tu mente. La vida por suerte o por desgracia no para de ponerte pruebas, y superarás esta y luego vendrá otra y otra...porque es un aprendizaje continuo, pero no le tengas miedo, afróntalo en positivo.Por otra parte no podemos siempre en todo momento estar en guardia, entonces debemos aprender también y sobre todo permitirnos que un día o una tarde todo vaya mal, y podemos perder los nervios y podemos tener ganas de matar o de morir y sentirnos fatal, eso también lo debemos vivir como algo "no malo" sino normal, que tienes todo el derecho del mundo de sentirte así, pero no hagas de esa sensación tu estandarte, debe ser pasajero.La paciencia puede crecer y estirarse tanto como tú seas capaz de generar de nueva, desde el lado positivo de la vida puedes generar paciencia, desde el lado negativo de la vida te la comes.Ahora que has leído este rollo, coje aire hasta llenar tus pulmones, cierra los ojos, aguanta la respiración y cuando sueltes el aire sonríe y quiérete!!!"
Es curioso como alguien que desconoces, con quién apenas has intercambiado cinco palabras puede llegar a abrirte los ojos o por lo menos a no cerrarlos del todo.
Y es que miro la fecha y me vienen los recuerdos. Los malos recuerdos. Siempre lo he dicho, que todo lo que me ocurre a mí lo digiero mejor y lo sufro en silencio sin tener que preocupar a nadie. Esa es mi lucha diaria. Pero todo lo que les ocurre a los que tengo a mi alrededor, a los míos, lo paso realmente mal. Necesito mi tiempo, que a veces ni llega…
Y aunque afortunadamente se ha estabilizado la situación (no quiere decir que sea mejor) aún sigue habiendo momentos malos. Hace aproximadamente un año dije que no hablaría más de ella, de su enfermedad, de cómo la vida, nuestra vida, ha cambiado y gira entorno a ella. Pensando sólo y exclusivamente en el bien de ella. Aún estando hechos polvo nosotros. Durante este tiempo, más de año y medio he hecho cosas que jamás pensaría que haría, y me siento orgullosa. En eso, sí. He estado y estoy con ella, he soportando llantos, chillidos, noches en vela, pensamientos que se iban y no volvían, nervios incontrolados, miradas perdidas, pesadillas que se convierten en realidad, sufrimiento en forma de dolor, niños imaginarios que se la querían llevar, etc. Y lo que sé que vendrá.
Y yo…
He llorado mucho, he sufrido y sufro a su lado. He vivido momentos difíciles, complicados estando sola con ella. Y yo sin rechistar. No tengo derecho. Pero ¿sabéis que? Sé que me siente cerca. Y aunque siempre ha sido una persona complicada, sé que se alegra de que esté ahí, a su lado. Lo sé.
Cierro los ojos, y pienso…
Cuando yo sea una viejecita y mi nieta venga a darme la mano, a pasar la noche a mi lado, a pasear mientras mi mente no regresa, a escuchar que a veces no recuerdo ni su nombre, o simplemente a darme un cálido beso, me acordaré de mi abuela a la que tanto quiero y
Ni se te ocurra preguntar cuál es el sujeto porque te sueltan:
- Sujeto no sé, pero Juan es una nenaza fijo.
Vale, siguiente pregunta: ¿Qué sabes de Inglaterra?
Que es una palabra de 10 letras. (vale bien, los números parece ser que los controla)
Vamos bien, de nuevo…
¿Qué sabes de Inglaterra?
Que es un país donde hay mazo de jugadores y buenos, y las tías tienen cara de frío. Creo que es Europa. (hay cosas que mejor no saber a no ser que vaya a cambiar tu vida a mejor, que, por supuesto, no es este caso)
Repito, por última vez… ¿Qué sabes de Inglaterra?
Pues que es un país donde llevan unas faldas de cuadros y están todo el día tocando la flauta creo y se rumorea que debajo de la falda no llevan nada. (joder, pues se congelarán de frío no??? Claro, con razón allí nacen menos niños….)
Que lástima que los fallos no cuenten. ¡¡Qué lástima!!
Ayer tuve cena con amigas de toda la vida (marido e hijas de una) en casa de otra amiga. En la casa que me incita a poner velas, a mi Enya de fondo y el resto, imaginación vuestra. Para otros, ver las estrellas también. ¿Quién dice que somos viejas? Pero si somos unas pipiolas, y va el marido se ríe. Jolín, pues si yo me veo jovencísima. Yo toda mona, y con un orzuelo que me pica cada vez más y la otra con chándal. ¡¡¡Vamos bien!!! Y el coche con una olor a peperoni, queso o no sé que narices era que tiraba para atrás. Llegamos tarde, pero se nos antoja unas bravas. Y es que nosotras somos muy mansas jejeje. Allá que vamos, todo hombres y el camarero ligando con mi amiga. Qué gracioso, vamos!!! ¿Pero acaso lo entendías? Tanta prisa y luego las deja duras.
Llegamos las últimas y con la comida. Niñas por ahí y empieza el espectáculo.
Escaleras arriba, escaleras abajo y ya veíamos a la pequeña en el suelo. A callar y a ver ¡¡¡ Joselito!!! ¿Cómo? Pero si es en blanco y negro…Sí, sí, pero a ellas les gusta. Las demás, mejor Mutis a la gabia*
Chillidos, pizzas que se enfrían, cajas que guardan secretos. Tema educativo ¡¡es que los padres son peores que los hijos!! ¡¡Habría que vigilarlos a ellos!! Y la mayor que se duerme en el suelo, y la pequeña que tiene más marcha que todas juntas. ¿Viejas nosotras? Nooo, si somos unas pipiolas ¡¡¡Ja Ja Ja!!!
Llegados a una hora, la pareja se va con las niñas medio dormidas. Joselito hace tiempo que se ha ido con los cascabeles. O vete tú a saber… Se hace el silencio, y una que tiene que madrugar, nos incita a quedarnos más. Nos quedamos. Recogemos. Estamos llenas, nada de galletas, café o helado. Gracias. Vicios no tenemos (risas y carcajadas).
Si ahora viene lo mejor. Ahora vienen los temas más interesantes. ¿Sexo? Nos reímos, pero hay silencio. Y es que ¡ojo! que recordar y vivir el presente es muy bonito o un sufrimiento, según se mire.
Y es que hay cosas que no cambian. Si cuatro años es chungo, quince ni te cuento. Y el obseso de una diciendo que con un poco basta, pero chico, si con el poco no vas a ninguna parte. ¿Has oído eso de todo o nada? Pues dale caña con esa teoría.
Y salen temas serios, como el…Ahora no, que ya he borrado su número. Ya, como la otra ¡¡¡qué anda que no se saben los teléfonos de memoria!!! Ya, también es verdad.
Nos despedimos y nos vamos. La próxima vez una paella o una fideuá, o algo, pero ¿tú sabes hacerla? o ¿comemos antes por si acaso? Vale, mejor me callo. Hasta la próxima.
Y para terminar le dedico estas dos frases a las allí presente (sí, sí, ya sabemos donde hay que ir la próxima vez, jejejeje)
¡¡¡¡¡Arriba el Papillón** con sus almejas y sevillanos!!!!
Ya sé porque me dejaste... porque te gustan altos y con pelo.
Me viene una pregunta, pero como soy una señorita y una pipiola la obviaré.
* Silencio
**El tapeo está de lo lindo
Nota añadida para las que estuvieron ayer (y para el resto, si quieren claro jeje):
Por el tema de la conversación de ayer. No es tan difícil. Aunque ya sabéis que cosas así me apasionan. Os lo dedico con todo mi cariño jejejeje y por la próxima fideuá.
“Es curioso como los seres humanos modificamos, que no cambiamos, la forma de ver la vida, la forma de sentir nuestra vida y la forma de aprovechar lo que esta vida nos depara. Nadie dijo que fuera fácil. Ahí está la clave. Y si encima el ser humano tiene la grandeza de poder descubrir el camino a seguir, el camino que le llevará a buen puerto, pues mucho mejor. Ya tiene medio camino recorrido. Pero no todos encuentran ese camino, y no todos avanzan en la dirección adecuada, que no la correcta. Palabra impuesta por los moralistas. El problema es que algunos se pierden o retroceden en la primera piedra que les bloquea el camino. Tiempo al tiempo. El mío viene ahora…” (Mi verdadero yo, Noelia)
Y ahora es cuando viene el balance. He tenido una semana diferente, complicada, que no dura. Y sobre todo pensativa en mis horas de sueño. Horas que no he dormido en mi lecho, que ni siquiera he dormido, y que sé que jamás recuperaré. Ya no. Pero ¿sabéis qué? No me siento perdida ni mucho menos bloqueada en el camino. Ahora no. Si encuentro una piedra estoy convencida que la saltaré dejándola atrás, junto con mi sombra. Si me pierdo, seguiré las señales. Y si no confío en las estrellas, me dejaré llevar por mis ojos, que me iluminan mucho más...
Lo siento por todo aquel que la he leído, pero hoy repito entrada. Por algo en especial. Modifico imágenes e incluyo canción.
Una nota para el recuerdo.
Un beso para la eternidad.
Aquellos libros, testigos de historias de tapa dura, hicieron de aquel pasillo estrecho y enmoquetado, entre polvo y silencio, entre pasado y presente, el beso más dulce y tierno jamás sentido.
Sentada en la última mesa de la biblioteca observaba la inmensa sala iluminada por tres pequeñas luces. Los libros, recuerdos en la eternidad, contemplan el silencio de la sala. Fuera, la oscuridad invade la noche. Dentro, él y ella se miran tímidamente y sin pestañear. El tercero estudia sin levantar cabeza. Ella se sonroja y sonríe mientras evita su mirada. Él no sonríe, sólo la mira con deseo mientras juguetea con su bolígrafo.
Nerviosa e inquieta, se acaricia el pelo mirándolo fijamente. Él baja la mirada y empieza a escribir algo. Tres o cuatro líneas,…Se levanta y se dirige hacia su mesa con mirada penetrante dando pequeños golpes con sus dedos en las mesas mientras avanza hacia ella. No pestañea. El ruido de sus zapatos aumenta como los latidos de su corazón. Ella respira profundamente. Teme quedarse sin ella...Como si estudiara, sin tener el libro abierto, pasa por su lado dejándole una nota encima de la mesa mientras se aleja tras ella, ahora, en silencio. Ella observa sus cosas en la lejanía, sus libros, su chaqueta, y se lamenta...
...
Lentamente apoya la cabeza en la mesa mientras no deja de mirar la nota. Un papel doblado en cuatro partes. Respira, levanta de nuevo la cabeza y abre la nota. Sonríe. Sonríe con timidez. Sonríe...Mientras vuelve a leer esas cuatro líneas, siente una respiración en la nuca, que no es la suya, cubierta por su pelo liso. Un escalofrío recorre todos los centímetros de su cuerpo. Ambas respiraciones se compenetran hasta tal punto de parecer una. Sin girarse y con la nota en la mano, nota su presencia justo detrás de ella. Espalda y pecho separados por el respaldo de su silla. La maldice una y otra vez.
Cierra los ojos y un olor a perfume la rodea dejándola sin aliento. Sus pies nerviosos, ocultos en la oscuridad, sienten envidia. Su negra melena, sin movimiento alguno, siente ahora, las yemas de sus dedos. Suave, acaricia su pelo una y otra vez. Ella cierra los ojos e inclina la cabeza en el respaldo de la silla. Él, acercándose más a ella, deja que el pelo le roce mientras apoya lentamente su cabeza en su hombro derecho. Sin dejar de sentir sus yemas, siente sus labios cerca, muy cerca. Tan cerca que nota su aliento como se acelera en segundos. Necesita un susurro mientras entreabre sus labios…
De repente,
- Discúlpenme, pero tenemos que cerrar ya…
- Sí, sí…perdón –dijo ella con voz entrecortada-
Mientras él se dirigía, ahora con rapidez, a su mesa y recogía sus cosas, seguía mirándola. Ella recogía lentamente para hacer eterna sus miradas. Imposible. Recogió sus cosas, y la nota. El tercero que estudiaba paso por su lado cargado de libros, ignorándola...
Solos, sin apenas iluminación, esperaban el recuerdo para la eternidad. Las palabras, plasmadas en los libros, pero no en ellos, carecían de importancia. Mientras acababa de recoger sus cosas, él pasó sin mirarla por su lado dejando tras sí el roce de sus cuerpos en aquella silla. La miró por última vez, y siguió sus pasos. Ahí estaba él, a dos pasos de ella,….Quería hacer eternos aquellos pasillos para siempre. Cuatro, tres, dos pasillos sólo quedan y todo acabará...
Casi pegada a él, y justo en el último pasillo antes de salir de aquella sala casi a oscuras, se giró y la apoyó contra la estantería de grandes tomos de Historia Universal. Rodeó suavemente su cuello con ambas manos mientras acariciaba sus labios entreabiertos y húmedos. En silencio, se cruzaron sus miradas, el olor a polvo, el deseo, el roce, las caricias, las respiraciones, el placer, el sentir, los ojos cerrados,… Como si de una serpiente se tratara la rodeo con sus brazos apretándola contra él. Inmóvil, viva por su fuerte respiración, entre los libros y su cuerpo, se dejó llevar…
Cinco minutos de ritmos lentos y acelerados, cinco minutos de gemidos silenciosos, cinco minutos de labios entrelazados, cinco minutos que perdurarán en sus labios para siempre.
Siete minutos más tarde, ambos se alejaban en la oscuridad de la noche.
Él sonriente…
Ella con la nota en la mano.
A veces la imaginación, la ficción y la realidad van cogidas de la mano. Sólo a veces…
Algo está cambiando en mí. La prueba: dejar dos margaritas cursis
en la cabecera del blog. Y lo peor de todo no es eso. Lo peor es que me gusta como queda.
No lo entiendo. Y eso que aún falta para que llegue la primavera.
Di que si, Aileon,… Tú, como siempre, desafiando a las estaciones del año.
Sigue lloviendo…
Hoy una noticia me ha entristecido. Después de una dura batalla contra el cáncer, ayer falleció uno de mis actores preferidos. Descansa en paz, Patrick S.
Aquí os dejo una de las canciones que marcaron un antes y un después en mi vida.
De nuevo me viene a buscar… Que me encuentre, ya es otra cosa.
2:30 de la madrugada. Todos duermen. Yo, sigo dando vueltas en ese colchón que me incita a muchas cosas, menos a quedarme en él. De momento, no. No me quejo, pero sé perfectamente que no es la mejor compañía para pasar mis dos noches en aquellas cuatro paredes encontradas por la casualidad. Decido salir a la enorme terraza ante una luna pletórica e intensa que se ve reflejada en la oscuridad. Me impresiona, sin más. Mientras una suave brisa pone en alerta mi piel y lo que no es mi piel, me siento en la silla que hay apoyada en la pared. Descalza, mis ojos se centran en una habitación…
3:40 de la madrugada. Enciendo una pequeña luz (para no molestar a los que duermen) y me siento con las piernas cruzadas en una de las sillas de madera que hay en el comedor. Silencio. Ni siquiera un ronquido. Una respiración fuerte. Nada. Mientras bajo la cabeza lentamente hasta tocar la mesa, PIENSO. Paso mis manos por la nuca acariciándome el pelo, más suave de lo normal. Los minutos no avanzan, y los segundos hace rato que se han detenido. Apago mi móvil. Cierro los ojos. Esa noche Morfeo se burla de mí, sin saber que soy yo la que se está vengando de él…
5:30 de la madrugada. Entro en la habitación sigilosamente para no despertarlo. Me entrelazo con unas sábanas que a saber la historia que tienen. Siento frío. Mi cuerpo, no lo sé. Me acurruco y dejo que mis ojos vean más allá de lo que en realidad me depara la oscuridad de aquellas cuatro paredes…