jueves, 28 de febrero de 2008

¿Se habrá muerto ya?


Si estuviera bajo tierra me daría exactamente igual. Al menos ya vivió su vida aunque fuera jodiendo a los demás. Pero creo que aún debe estar dando guerra, segurísimo,…No lo sé.
Hablo de un hombre de tercera o cuarta edad que fue el que nos alquiló el piso en tarragona a mis compañeras de piso y a mí.

En ese piso estuve tres años. El primer año muy bien. El hombre nos respetaba bastante y nosotras a él mucho más. El segundo año empezó a chochear y la cosa se empezó a torcer, y el tercer año la convivencia con el viejo fue insostenible, perdón con el hombre de la cuarta edad.
Ese año tuve mis mejores broncas con él. Yo ya no me callaba porque PUTA me llaman una vez, GUARRA dos, pero a la tercera…no se lo permito. (incluso en una bronca nos pusimos muy nerviosos los dos. Se sofocó tanto que yo creí que le daba un infarto. Y yo, aconsejada por mis compañeras, me fui a dar una vuelta a tranquilizarme...)

Os explico un poco mejor la situación para que os hagáis una idea. Realmente no era un piso, sino una casa. Nosotras vivíamos en la planta baja (con nuestro pequeño patio), en el primer piso vivía él, y en el segundo piso vivía su hijo y su nuera que apenas se hablaban. Normal.

Pensándolo bien desde la distancia, no sé cómo no nos fuimos antes de ese piso, porque aguantamos muchísimo en esos tres años. Supongo que nos quedamos allí porque nos gustaba la zona donde estábamos, luego pagábamos poquísimo y como las cuatro chicas que vivíamos allí nos llevábamos muy bien, no queríamos irnos a otro y que alguna de nosotras no lo pudiera pagar. Así que, aguantamos como pudimos tres años.

Al cuarto, decidimos irnos porque yo ya no respondía de mis actos, y no se cómo hubiera acabado aquella situación. Hicimos lo correcto porque nos fuimos a un piso (algo más caro) pero más céntrico y por lo menos teníamos contrato y una dueña que nos ayudaba en todo momento. Quizá lo que más sentimos fue que una compañera no se viniera con nosotras…Eso fue lo que me entristeció más. Pero la entendí.

Volviendo al piso del hombre de la cuarta edad tengo que decir que el piso era grande, pero con muebles viejísimos. No sólo estábamos nosotras conviviendo, sino que la carcoma y la humedad nos acompañaban día a día. Esos charcos de humedad en medio del pasillo eran lo último que veíamos antes de irnos a dormir. Por la mañana sólo quedaban los restos en las baldosas…

Mi habitación…¿qué decir de ella? Era grande, pero parece que dormía en una cama del siglo XVIII. Cambié el colchón pero dormí en esa cama antigua durante tres años. El armario empotrado, mejor no decir lo que había. Los de dentro no salían y los de fuera no entraban y ya está. (yo tenía un armario exterior tipo nevera)

A pesar de todo, tengo los mejores recuerdos de aquella estancia en Tarragona. De mis compañeras que estuvieron conmigo los tres años, de algunas o alguno que pasaron y se quedaban sólo meses… A todos ellos les guardo un buen recuerdo, porque de todos ellos aprendí algo. A todas ellas les debo lo que soy ahora. Algún día hablaré de las experiencias en el piso, y de mis compañeras.

¡Qué recuerdos! Echo de menos tantas cosas, tantísimas,…que mejor cambio de tema porque recordar me emociona demasiado. Muy buenos recuerdos pasados pero, al fin y al cabo, muy presentes.

Mmmm…¿por dónde iba con el hombre de la cuarta edad? Ahh sí, como vivíamos en un piso todo viejo (como el dueño) pues continuamente teníamos problemas: en la cocina con los grifos, en el cuarto de baño con la ducha, o con el Roca, etç. Salíamos de un problema y nos metíamos en otro. Entonces es cuando despertábamos la ira del hombre, y cuando no sé quería hacer responsable porque decía que lo rompíamos a propósito, y que nosotras éramos las únicas culpables…Sí, sí, claro…nosotras estábamos deseando quedarnos sin retrete más de una semana y sin ducha…

El gran problema venía cuando teníamos que ir a pagar el alquiler del mes. Ninguna quería subir a su piso. Era lo peor. Yo pocas veces subí…Suerte, porque más de una vez estuvimos a punto de quedarnos petrificadas en el suelo de la mierda que tenía…Y el hombre que nos hacía entrar hasta el comedor, y nosotras que no, hombre…no se moleste.
Y al final nos veíamos entre todo aquel polvo, el olor a agrio, las batas de seda, el sonido de los pies arrastrados, los toros que salían en la tele, un gran retrato de joven que imponía bastante y su gimnasio particular. Sí, el hombre con 80 años o más y tenía más de una máquina de esas de gimnasio. Y nosotras sin contrato, en fin…

La cosa acabó bastante mal. El hombre entraba en el piso los fines de semana que nosotras no estábamos, movía las cosas a su antojo y sobre todo nos espiaba quién entraba y quién salía o quién pasaba la noche dentro. Todo ilegal, claro.

Cuando fuimos a hacer el traslado de las cosas de un piso a otro yo no me hablaba con él, pero como tenía las llaves decidí entregarle las llaves en mano y despedirme para siempre de él. No me decepcionó su comportamiento, pero el mío tampoco.

- Tenga, aquí tiene las llaves...
- ¿Sabes lo que te deseo?
- Venga, dígamelo…
- Te deseo que la vida te vaya mal, y que te mueras pronto
– dijo mientras yo no dejaba de mirar la mierda de bata que llevaba y que jamás volvería a ver.
- Le deseo lo mismo, y por ley, espero que muera usted antes. Adiós.


Y bajé las escaleras con una sonrisa en los labios. Y feliz.

*Nota: No sé si estará muerto o no, pero sí lo está…su familia sentirá su pérdida. Yo, desde luego, no.
Puede que sea cruel al decir eso, pero no me lamentaría por su muerte. El hombre estaba en su sano juicio y sabía lo que decía y hacía en cada momento. Para mí, no fue mala persona, sino malísima.

Cada cual que aguante su vela, en su caso… vela chuchurrida!


Aileon

7 comentarios:

ayco dijo...

Eso se arreglaba buscándole una novia, hijas de dios...

Aileon dijo...

Uyy que asquito!!

Nosotras siempre tuvimos una duda que evidentemente nunca se nos despejó ;)
Algunas noches o el hombre se disfrazaba de mujer o de vez en cuando recibía la visita de alguna mujer, porque se oía los zapatos de un tacón muy fino alguna que otra noche...

Él apenas podía caminar o por lo menos no tan ágil, pero una compañera que era más cotilla que ninguna,y su habitación la tenía al lado de la escalera, decía que no se escuchaba la puerta de la entrada, ni tacones bajar ni nada..
Así que siempre nos quedó esa duda!

¿novia? Uff hay cosas que mejor no imaginárselas y pensar que encima nuestro está el hombre con alguna mujer...ecsss, noooo!! mi mente no estaba preparada para esas cosas....

Un beso!

Aileon dijo...

Si asquito daba limpiarle la casa,...más aún limpiarle los bajos fondos, y tan fondos!!
Arggg...dios, noooo!!!
Ya de buena mañana me han venido a mi cabeza imágenes....ufff, ya paro!!

Anónimo dijo...

jejej pobre hombre... bueno de pobre nada, ya veo que tuvisteis que aguantar bastante... aunque como tú dices es normal que guardes buenos recuerdos de la convivencia con tus compañeras y lo demás, quédate co lo bueno y olvídate de ese hombre... el tiempo pone a todos en su lugar... (y él quizá ya ni esté en este mundo... jeje)

ahhh que soy nalia ;)

Aileon dijo...

Sí, durante dos años yo también pensé 'pobre hombre' pero luego ya no.Porque llegar un lunes y ver que ha estado en tu habitación...

En fin, yo tengo mis mejores recuerdos en aquel piso, eso es verdad! Muchas conversaciones a altas horas de la madrugada...

Tú qué tal? espero que bien!

Cuídate guapa!

Luna Carmesi dijo...

A cada gorrino le llega el dia de la matanza.

Paciencia!

Aileon dijo...

Si, y espero que a este no tarde mucho en llegarle...¡qué mala soy, lo siento...bueno no lo siento, que coñi!!!