El 12 de Octubre, y coincidiendo que el nene tenía días de fiesta, decidimos irnos unos cuantos días fuera, y desconectar. No queríamos ir muy lejos ya que sólo eran tres días, así que reservamos dos apartoteles (uno para mi hermana, cuñado y el niño) y el otro para nosotros en Cambrils (Tarragona).
El apartotel estuvo bien, la comida también, y el mar impecable frente a nosotros, ¡qué maravilla!…El hotel no era para tirar cohetes, pero tampoco para lamentarse por haber ido. Todo correcto y bien. (en realidad todo me parece bien, en ese sentido no soy nada crítica).
Lo que más me gustó fue que la mayoría de los apartoteles estaban vacíos (normal a mediados de octubre) y la poca gente que había eran extranjeros.
Así que, fue una sensación rara. Todo en calma y en silencio. Por la noche los únicos que dábamos señales de vida éramos nosotros porque a las 11 la poca gente que había en aquellos apartamentos ya dormían…Y nosotros con un cachondeo brutal en el balcón. Es lo que tiene, juntos… las risas están aseguradas. Mientras mi sobrino dormía, nosotros nos poníamos a hablar o a jugar al domino entre pipas, patatas y risas. ¡Menudo cachondeo!
A lo lejos el sonido de las olas del mar, y a lo cerca el agua de la piscina inmóvil e iluminada. Fue divertido, y me lo pasé muy bien.
La anécdota de aquellos días la viví, como no, con mi sobrino. El sábado después de comer y haber descansado un poquillo, mi cuñado y el nene decidieron ir a dar una vuelta en bici (ya que las podían alquilar) y nosotros bajar a la piscina, ya que mi sobrino desde que llegamos estaba obsesionado con ir a la piscina (no lo culpo, en eso se parece a mí jeje), pero claro no era precisamente un día de verano y los días que estuvimos allí, la verdad, es que no apetecía mucho meterse en el agua.
Los extranjeros la rodeaban para tomar el sol, pero pocos se atrevían a meterse (sólo algún que otro niño). Me imaginé que estaría fría, luego no fue imaginación, fue experiencia.
Como todavía quedaban rayos del sol y se estaba bien, pues decidimos bajar a la piscina con nuestras toallas con intención de meterse mi hermana o yo un rato con el niño para ‘quitarse ese monillo’ de piscina que tenía.
Mi hermana la probó y dijo que no, que estaba muy fría. No había nadie en la piscina. Alrededor sí, mucha gente, nos miraban. Pensarían, ¡qué locas! Pero yo, me quité mi vestido ante las risitas de mi hermana…
- Cariño ¿seguro qué te quieres meter? Está muy fría…
- Bueno, sólo un poquito tita.
- Vale, va…me meto contigo, pero si yo me meto y tú te sales, la tita se enfadará contigo…
- No, tita…yo me quedaré contigo.
Nos acercamos primero a la piscina pequeña que enlazaba con la grande y ¡joder! (perdón) que fría estaba la jodía...No es lo mismo meter un dedo, que meter la mano ( además de verdad, pero ese es otro tema…¡ya me lío de nuevo!)
- Tita, no está fría – mientras se metía en la piscina pequeña cubriendo su medio cuerpecito de agua.
- Uyyy ¿qué no? Y ¿por qué saltas entonces?
- Jolin tita, va….
- Voy…
Y me senté en el borde metiendo mis piernas hasta las rodillas, diosss….en dos minutos mis piernas parecían cubitos de hielo. ¿Mi hermana? La tía riéndose…Y mi sobrino ya se había salido…Normal!
- Tita, si no te metes me da miedo…
- ¿O sea que me tengo que meter yo primera y luego tú?
- Sí, sí…sino me da miedo.
- Ufff…
Mi hermana seguía riéndose, y mi cuerpo ya no sentía calor. Sólo frío.
- Venga tita, que tengo frío…métete, venga, venga tita…
Ante esas palabras me metí de lleno (menos la cabeza) en la piscina pequeña, y sin dejar de moverme. Os lo juro que no me sentía el cuerpo, pero no me desagradó la sensación. Recordad que soy rara por naturaleza jeje.
- Venga, ya te puedes meter que la tita está dentro...
- Es que... tita, hace frío y la mama está sola…Adios.
¡La madre que te parió! Ahora que no me escucha, pensé! Las carcajadas de mi hermana se oían por toda la piscina y los demás curiosos mirando. Y pensé ¿qué hago? Total ya no me siento el cuerpo. Sólo escalofríos, muchos escalofríos.
No me lo pensé dos veces. Ya estaba mojada, ya no me sentía el cuerpo, y tenía una piscina para mi sola, así que…bajé las escaleras que unían la pequeña con la grande y me metí de lleno en la grande, ahora cabeza incluida.
Nadé, buceé…por toda la piscina, ante las risas de mi hermana y las miradas incrédulas de la gente. Realmente me daban igual las miradas.
El cuerpo ya no era mi cuerpo. No tenía ninguna sensación. Incluso me tocaba el pelo y no me lo sentía, y las piernas hacían rato que no formaban parte de mi cuerpo. Si me tocaba cualquier zona de mi cuerpo, no me lo sentía. Los labios morados, tiritaban de frío o de ¿placer? Me gustó aquella sensación, hasta ahora única.
Pasados los quince minutos decidí salir (por una fobia que tengo al estar sola rodeada de agua). Mientras me dirigía hacía las escaleras que enlazaban ambas piscinas, vi la silueta de una mujer al lado de las escaleras.
- Perdona, te he estado observando, y lo estamos comentado ( ¿comentando, con quién? Qué horror!!!) y no he podido evitar preguntarte ¿tú estás acostumbrada a nadar en aguas frías, casi heladas? Es que te he visto muy decidida…
- (Mis labios morados echaron la carcajada del siglo) Uyy no no, ¡qué va! Es la primera vez, (y no la última) , porque nunca, jamás me había metido con el agua tan fría…Me he metido por mi sobrino, aunque él si ha sido más listo que yo..
- Sí, sí…ya lo he visto. Pues has tenido mucho valor, la verdad. Te recomiendo que te tapes bien y que te pegues una buena ducha calentita…
- Sí, gracias, lo haré.
Fue salir del agua, taparme con la toalla y dirigirnos hacia el apartamento. Tenía una sensación rara, diferente. Me tocaba y apenas sentía mis dedos, mis brazos, mi pelo, mis pechos, mis piernas. Todo! No me sentía nada...
Me metí en la ducha y empecé a entrar en calor.
Por la noche, el frío de mi cuerpo formaba parte del recuerdo de aquella tarde mientras sentía de nuevo el calor en mi cuerpo con las caricias de sus yemas...
*Una foto está echada del balcón de nuestro apartamento; la otra desde la terraza de la piscina. Siento que haya sido una entrada larga.
Aileon
El apartotel estuvo bien, la comida también, y el mar impecable frente a nosotros, ¡qué maravilla!…El hotel no era para tirar cohetes, pero tampoco para lamentarse por haber ido. Todo correcto y bien. (en realidad todo me parece bien, en ese sentido no soy nada crítica).
Lo que más me gustó fue que la mayoría de los apartoteles estaban vacíos (normal a mediados de octubre) y la poca gente que había eran extranjeros.
Así que, fue una sensación rara. Todo en calma y en silencio. Por la noche los únicos que dábamos señales de vida éramos nosotros porque a las 11 la poca gente que había en aquellos apartamentos ya dormían…Y nosotros con un cachondeo brutal en el balcón. Es lo que tiene, juntos… las risas están aseguradas. Mientras mi sobrino dormía, nosotros nos poníamos a hablar o a jugar al domino entre pipas, patatas y risas. ¡Menudo cachondeo!
A lo lejos el sonido de las olas del mar, y a lo cerca el agua de la piscina inmóvil e iluminada. Fue divertido, y me lo pasé muy bien.
La anécdota de aquellos días la viví, como no, con mi sobrino. El sábado después de comer y haber descansado un poquillo, mi cuñado y el nene decidieron ir a dar una vuelta en bici (ya que las podían alquilar) y nosotros bajar a la piscina, ya que mi sobrino desde que llegamos estaba obsesionado con ir a la piscina (no lo culpo, en eso se parece a mí jeje), pero claro no era precisamente un día de verano y los días que estuvimos allí, la verdad, es que no apetecía mucho meterse en el agua.
Los extranjeros la rodeaban para tomar el sol, pero pocos se atrevían a meterse (sólo algún que otro niño). Me imaginé que estaría fría, luego no fue imaginación, fue experiencia.
Como todavía quedaban rayos del sol y se estaba bien, pues decidimos bajar a la piscina con nuestras toallas con intención de meterse mi hermana o yo un rato con el niño para ‘quitarse ese monillo’ de piscina que tenía.
Mi hermana la probó y dijo que no, que estaba muy fría. No había nadie en la piscina. Alrededor sí, mucha gente, nos miraban. Pensarían, ¡qué locas! Pero yo, me quité mi vestido ante las risitas de mi hermana…
- Cariño ¿seguro qué te quieres meter? Está muy fría…
- Bueno, sólo un poquito tita.
- Vale, va…me meto contigo, pero si yo me meto y tú te sales, la tita se enfadará contigo…
- No, tita…yo me quedaré contigo.
Nos acercamos primero a la piscina pequeña que enlazaba con la grande y ¡joder! (perdón) que fría estaba la jodía...No es lo mismo meter un dedo, que meter la mano ( además de verdad, pero ese es otro tema…¡ya me lío de nuevo!)
- Tita, no está fría – mientras se metía en la piscina pequeña cubriendo su medio cuerpecito de agua.
- Uyyy ¿qué no? Y ¿por qué saltas entonces?
- Jolin tita, va….
- Voy…
Y me senté en el borde metiendo mis piernas hasta las rodillas, diosss….en dos minutos mis piernas parecían cubitos de hielo. ¿Mi hermana? La tía riéndose…Y mi sobrino ya se había salido…Normal!
- Tita, si no te metes me da miedo…
- ¿O sea que me tengo que meter yo primera y luego tú?
- Sí, sí…sino me da miedo.
- Ufff…
Mi hermana seguía riéndose, y mi cuerpo ya no sentía calor. Sólo frío.
- Venga tita, que tengo frío…métete, venga, venga tita…
Ante esas palabras me metí de lleno (menos la cabeza) en la piscina pequeña, y sin dejar de moverme. Os lo juro que no me sentía el cuerpo, pero no me desagradó la sensación. Recordad que soy rara por naturaleza jeje.
- Venga, ya te puedes meter que la tita está dentro...
- Es que... tita, hace frío y la mama está sola…Adios.
¡La madre que te parió! Ahora que no me escucha, pensé! Las carcajadas de mi hermana se oían por toda la piscina y los demás curiosos mirando. Y pensé ¿qué hago? Total ya no me siento el cuerpo. Sólo escalofríos, muchos escalofríos.
No me lo pensé dos veces. Ya estaba mojada, ya no me sentía el cuerpo, y tenía una piscina para mi sola, así que…bajé las escaleras que unían la pequeña con la grande y me metí de lleno en la grande, ahora cabeza incluida.
Nadé, buceé…por toda la piscina, ante las risas de mi hermana y las miradas incrédulas de la gente. Realmente me daban igual las miradas.
El cuerpo ya no era mi cuerpo. No tenía ninguna sensación. Incluso me tocaba el pelo y no me lo sentía, y las piernas hacían rato que no formaban parte de mi cuerpo. Si me tocaba cualquier zona de mi cuerpo, no me lo sentía. Los labios morados, tiritaban de frío o de ¿placer? Me gustó aquella sensación, hasta ahora única.
Pasados los quince minutos decidí salir (por una fobia que tengo al estar sola rodeada de agua). Mientras me dirigía hacía las escaleras que enlazaban ambas piscinas, vi la silueta de una mujer al lado de las escaleras.
- Perdona, te he estado observando, y lo estamos comentado ( ¿comentando, con quién? Qué horror!!!) y no he podido evitar preguntarte ¿tú estás acostumbrada a nadar en aguas frías, casi heladas? Es que te he visto muy decidida…
- (Mis labios morados echaron la carcajada del siglo) Uyy no no, ¡qué va! Es la primera vez, (y no la última) , porque nunca, jamás me había metido con el agua tan fría…Me he metido por mi sobrino, aunque él si ha sido más listo que yo..
- Sí, sí…ya lo he visto. Pues has tenido mucho valor, la verdad. Te recomiendo que te tapes bien y que te pegues una buena ducha calentita…
- Sí, gracias, lo haré.
Fue salir del agua, taparme con la toalla y dirigirnos hacia el apartamento. Tenía una sensación rara, diferente. Me tocaba y apenas sentía mis dedos, mis brazos, mi pelo, mis pechos, mis piernas. Todo! No me sentía nada...
Me metí en la ducha y empecé a entrar en calor.
Por la noche, el frío de mi cuerpo formaba parte del recuerdo de aquella tarde mientras sentía de nuevo el calor en mi cuerpo con las caricias de sus yemas...
*Una foto está echada del balcón de nuestro apartamento; la otra desde la terraza de la piscina. Siento que haya sido una entrada larga.
Aileon
7 comentarios:
hola noelia,hace tiempo q no t escribia nada,estoi liadisimo,aunque visitarte si lo hago casi a diario y hoy t dejao un comentario,q bonitos apatahoteles,se lo pasariais de lujo,buenos besos y a ver si me mentalizo y meto algo en mi blogs.
solo leyendote ya me ha entrado frio,si que tuvistes valor meterte en pleno octubre en la piscina y mas quando no habia nadie metido,pero me quedo con tu sobrino,veo que es un ñiño muy listo y que engaño muy facilmente a la tita,jaja
cuidate!!
Hola Emilio:
Me imagino que estarás bastante liadísimo, ya que no actualizas. Yo de todas formas miro tu blog tb a diario jeje
Espero que estés bien. Gracias por pasarte. Cuídate mucho, bss
Anónimo: Estaba muy fría, esa es la verdad, más bien cubito!! Pero bueno no me lo pensé dos veces, porque si lo llego a pensar bien, primero no me meto porque el agua estaba helada, y segundo porque con esa maldita fobia de estar sola rodeada de agua me bloquearía de entrada...
Mi sobrino fue muy listo, demasiado! Claro que luego no me enfadé jeje
Saludos!!!
Exagerada!!! Cuentos, cuentos... jajajaja
Exagerada? Exagerada? ufff, no me esperaba eso de ti jejeje
jejeje yo tambien soy de gélidas aguas... en el norte el agua esta bastante fría, y la de tarragona y por ahi me parece caldo jeje. EMe he bañado en lagos en la montaña, mientras se ve la nieve de lejos, jeje, y la verdad es que el frío se te mete hasta los huesos, pero luego te sientes fenomenal...
ay con tu sobrino!! sabe más que tú jeje
Vaya Nalia, que eres asidua en meterte en aguas frías...está bien, y debe ser una sensación rara viendo el maravilloso paisaje que nos presentas...¡qué guay!
Cuídate! Besos con hielo...
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