Tanto decir que viene el lobo, que viene el lobo, que finalmente llegó.
Dicen que todo lo que empieza, tarde o temprano tiene que terminar. No estoy del todo de acuerdo. Hay cosas que perduran en/con el tiempo. Pero en este caso, mi fin ha llegado para el anonimato.
Por varios motivos y sintiéndolo mucho por todo aquel anónimo que me visita y que nunca ha dejado su huella, he decidido privatizar el blog (o por lo menos esa es la idea a la vuelta de las vacaciones). Quizá porque tengo otra visión muy distinta de cuando empecé a escribir en este blog. Quizá porque me he dado cuenta que nada es lo que parece. Quizá porque no tengo tanta motivación. Quizá porque simplemente lo necesito. Quizá porque quiero hacer de esto, algo íntimo y personal, sin cambiar ni modificar la esencia de este espacio. Quizá porque quiero estrechar el círculo. Ese círculo que me acompaña día tras día. Y al que estoy tremendamente agradecida.
Los que visitáis a menudo mi espacio estáis invitados. De una manera u otra os haré llegar la dirección para que me enviéis la vuestra para que os pueda invitar a seguir leyendo el ‘Vive y deja vivir’ (si queréis, claro).
Voy a estar un tiempo desconectada. Pero vuelvo…
Lo he estado pensando mucho, y puede que de aquí a un tiempo esto vuelva a ser como ahora, sin privacidades y abierto a todo aquel que quiera leer este espacio, pero ahora mismo lo prefiero así. Espero que lo entendáis. Sólo eso.
Aquí no hay libro de reclamaciones. Lo siento.
Puesto que se aproximan las vacaciones, os deseo de todo corazón un feliz verano, y unas muy buenas vacaciones. Pero, sobre todo y lo más importante,
Sean felices,
que la vida lo merece.
Me despido con un ‘hasta luego’
con el maravilloso sonido de un piano.
Cuídense,
Y recuerden…
Vivan y dejen vivir
Si falla esto estamos perdidos.
No lo olviden.
Aileon
Cuídense,
Y recuerden…
Vivan y dejen vivir
Si falla esto estamos perdidos.
No lo olviden.
Aileon