Hoy hemos ido a Barcelona para poder realizar las últimas compras navideñas, y nos hemos mojado muchísimo, pero muchísimo... porque llovía. LLeva todo el día lloviendo.
Muchos saben mi enemistad con los paraguas. No somos muy amigos, y la verdad es que en los años que he visto llover habré utilizado el paraguas en muy pocas ocasiones. Creo que mi paraguas quedará intacto para la eternidad.
Hoy, he pensado como el resto de los humanos, y he abierto mi paraguas. Ha sido mi compañero durante mi estancia en Barcelona porque llovía con fuerza. No ha parado ni un segundo de llover...Lluvia, lluvia y gotas de lluvia..
Hoy mi paraguas ha visto la luz, pero yo he llegado a casa toda mojada.De la cabeza a los pies. Después de mi visita a la Ciudad Condal me reafirmo más en mi teoría de que el paraguas, en mi vida, es un utensilio inútil, porque si su utilidad es la de no mojarme, siempre me ocurre el efecto contrario.Espero que haya disfrutado hoy, porque no lo abriré en años...
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