Esto no es nada tonto...

He perdido facultades en eso. Pero esto es como montar en bici, que dicen que nunca se olvida. Y tienen razón. Sigo observando, pero quizá con otra mirada, otra sensación, y otra forma de percibir lo que mis ojos ven o les dejan ver. Será la edad, seguramente. O que una va madurando sin ni siquiera darse cuenta. Y no por ello es que una haya cambiado, no. Simplemente, ves las cosas de otra forma. Pero tampoco es mentir si antes decías negro y ahora blanco. Digamos que es, actualizar tu forma de ver la vida. Y pensar que hay más colores. ¿Así mejor? Pues eso. No concibo mi vida sin observar detalladamente y fijarme en cada detalle. Cada suspiro y cada lamento. Pero tampoco es que sea cotilla, que también podría ser. Pero no de la misma manera que se entiende este verbo. Y créeme que de verbos sé bastante. Yo los tonos despectivos los utilizo para los que solamente se los merezcan. Y son muchos. Cada vez más. ¿Pero qué le pasa realmente a la gente? Que un día te saludan y te cuentan toda su vida, y al día siguiente el saludo queda literalmente en el aire. ¿Estaremos rodeados de gente amargada? ¿Gente lunática? ¿Gente falsa? ¿O de las tres a la vez? ¡Joder, que eso aún es gratis! Y es que la gente vive como reprimida, como si llevaras todo el día una faja de esas que te oprimen y no te dejan ni respirar. Y no lo entiendo. Esas fajas ya no se llevan… Si ya lo dicen que sonreír alarga la vida. No lo sé. Lo que sí sé que vives mejor. Lo otro, ya viene solo. Y desgraciadamente viene pisando fuerte. Y entonces es cuando empiezas a valorar lo que antes no existía ante tus ojos o no le dabas importancia. Y a echar de menos lo que creías echar de más. Pero eso es otra cosa. Son de esas cosas que lamentas. Pero no porque no hayan pasado, sino porque sabes que no volverán a pasar. Y es triste. Sigues respirando, pero ¿y aquel suspiro que te dejó sin aire? Pero eso no importa. ¿Qué importa recordar cuando el recuerdo está olvidado? Claro, no tiene sentido. Si los labios sellados, valen más que las palabras perdidas. ¿O era al revés? No sé, para el caso es lo mismo. Y eso que el silencio me acompaña. A veces, las palabras...también. ¿Y qué esperabas? Si los silencios son palabras que no se hablan. Y me duele. Todo me duele sin lágrimas. ¿Para qué? Si me impiden ver el motor de mi vida, lo que bombea suavemente los latidos de mi corazón. Él.

Puede que haya perdido facultades en eso, pero he ganado en lo otro...

*Con vuestro permiso, esta entrada quiero dedicársela a una personita muy especial en mi vida. Con sólo mirarte, soy feliz. Te quiero.

Aileon