¿Merece la pena?

Quién me conoce sabe que la ironía, entre otras cosas, la suelo utilizar a diario para poder respirar. Pocas veces la dejo en el cajón de la mesita de noche, más que nada porque no tengo mesita.

Pero no. Este no es el caso.

Me gusta ver la felicidad reflejada en una sonrisa, y vivir el momento sin pensar en lo que me rodea, en lo correcto, en lo que está bien o está mal.

No voy a hablar de eso por dos razones: porque no me da la gana y porque para eso ya están los moralistas (ya saben la poca afinidad que tengo con ellos, porque es ver uno de lejos y salirme un salpullido).

No, gracias.

Mi vida está bien sin ellos.

Prefiero que cada uno busque su propio bienestar y su felicidad sin perjudicar a nadie. Sobre todo sin perjudicar a nadie. Porque nadie es mejor que nadie. Simplemente unos tienen más suerte que otros. Eso es todo.

Si alguien me mira por encima del hombro, pienso ‘pobrecillo, la amargura le pudrirá el alma, dejándolo muerto en vida’.

Si alguien se ríe de mí, pienso ‘pobrecillo, ¡qué magnífico payaso sin tener el traje puesto!’.

Si alguien me pisotea, pienso ‘pobrecillo, que lástima que no fuera chicle para quedarse petrificado en el suelo'.

Si alguien me humilla, pienso ‘pobrecillo, tendrá que aprender a amar la soledad por encima de todas las cosas’.

Y entonces me da por pensar. Y siento lástima.

¿Merece la pena estar petrificado en un traje de payaso alimentando la amargura con la soledad?

¿Realmente merece la pena vivir así?

No, gracias…

Prefiero ver la felicidad en una sonrisa.

Ahí está la verdadera esencia de mi vida…

Aileon

Nota: llevaba tiempo buscando esta canción.
Retumba en mis oídos una y otra vez.
Cierro los ojos y me dejo llevar…
Me siento bien.

Hoy sí.